Habitualmente, tendemos a pensar que cuando necesitamos combatir una plaga, lo correcto es alejarla de nosotros, pero, ¿esto es verdaderamente efectivo para acabar con el problema al que nos enfrentamos en nuestro hogar o centro de trabajo? Nuestro técnico aplicador, Mario Arrendondo, nos cuenta en esta entrevista cómo debemos comportamos ante las plagas urbanas.
Queríamos hablar de los conceptos «atraer» y «repeler», dos conceptos totalmente opuestos, pero ambos útiles en el campo del control de plagas.
Sí, en el mundo de los biocidas existe el concepto típico de fumigar, echar spray o polvo insecticida, etc. (para «repeler»). Por ejemplo
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Cucarachas grandes de alcantarilla, tipo cucaracha negra y cucaracha americana: Suelen ser más utilizados los efectos barrera y repelentes.
Pero además, desde hace algunos años existen también tratamientos con cebos alimenticios, digamos que son «alimentos envenenados», sobre todo para insectos como cucarachas y hormigas (para «atraer»). Por ejemplo:
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Cucaracha rubia o «del café»: De tipo doméstico, que se desarrolla fácilmente en casa, en bares, etc. Se esconde por multitud de huecos, a los que no llegaremos fumigando con insecticidas, por lo que se esconderán todavía más o incluso se irán a otras estancias del edificio, proliferando en nuevas zonas. Por ello, contra este tipo de plaga, lo más útil es utilizar los geles alimenticios, que las cucarachas huelen y buscan para comerlo, y como son insectos necrófagos, cuando se mueren, se comen unas a otras, lo que hace que se vayan envenenando por el llamado «efecto cascada».
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Hormigas: El uso de geles es recomendado porque este tipo de insectos lo que hacen es lo que huelen, salen a cogerlo y se lo llevan al hormiguero para compartirlo y que lo coman todas, produciendo un envenenamiento de la colonia.
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Animales de naturaleza críptica: Se esconden, están en huecos, están en agujeros. Aunque no los vemos están, y con el atrayente lo que hacemos es provocarles para salgan a comer.
Y es preciso hacer hincapié en que no se deben usar ambos métodos a la vez. Es decir, si se aplica un gel cebo para combatir una plaga hay que esperar a que haga efecto, pues no es inmediato, pero no se debe echar encima insecticida por ver un insecto, pues se anularía el efecto atrayente del gel y no lo comerían. Un tratamiento anularía al otro.
¿Y se podría decir que son métodos igual de efectivos? Porque no hacen el mismo efecto, ¿no?
No, claro, no hacen el mismo efecto, pero cada uno es efectivo para unos tipos de plagas, localizaciones, concentraciones de insectos, estados y/o condiciones diferentes… decidir si es mejor usar una cosa u otra lo debe determinar al técnico especializado en control de plagas, pues este conocimiento lo da la experiencia.
¿Cuál es el método más «seguro» para la salud?
Bien aplicados por el personal cualificado se puede decir que ambos son seguros. Pero cabe destacar que los tratamientos atrayentes no tienen plazo de seguridad, no requieren medidas preventivas como abandonar los lugares, etc., y puede estar la gente presente mientras se aplica.
Mitos de «atraer» en el campo del control de plagas: ¿es correcto pensar que colocando atrayentes se puede provocar la llegada de nuevas plagas ajenas a las que existían antes?
Para nada es correcto. El atrayente se coloca cerca de las zonas donde se hayan apreciado indicios de la plaga; se pone con cuidado de que no manche, ni se vea o se pueda manipular (por ejemplo debajo de los marcos o rodapiés, grietas y rendijas, en las bisagras de muebles, etc.) y el insecto irá a esos puntos a comerlo: atraerá a los insectos que haya en su radio de acción. Para no llevar a confusión, se podría decir que el atrayente es simplemente un cebo alimenticio agradable para la plaga existente.
Mitos de «repeler» en le campo del control de plagas: ¿es correcto pensar que simplemente alejas las plagas pero que siguen estando ahí?
En este sentido es importante añadir el concepto de «efecto residual» o «efecto barrera»: El producto empleado permanecerá en la zona donde se aplica el tiempo de garantía que tenga. En ese período las plagas, o no se van a acercar porque lo notan y las repele, o cuando pasen por encima no se van a dar cuenta porque el efecto ya no es tan potente que cuando se ha aplicado, pero se van a llevar parte del producto en su cuerpo y van a acabar muriendo.
¿Usar métodos para combatir una plaga en el ámbito doméstico si haber consultado con ningún especialista, puede provocar el efecto contrario al deseado?
En ciertas ocasiones así es. Por ejemplo, si se aprecia una posible plaga de cucaracha rubia en una zona de la casa, es posible que esté localizada ahí, pero si se echa insecticida, morirán unas cuantas, pero provocaremos al mismo tiempo la dispersión del resto, haciendo que la plaga crezca y se acabe encontrando por toda la casa.
Entonces, si se aprecia un problema de insectos en el ámbito doméstico ¿es recomendable contactar con un equipo especialista en el control de plagas para determinar la forma de combatirlo, antes de echar insecticida u otro producto?
Por supuesto. Un técnico profesional, cuando ve in-situ el problema, es capaz de determinar qué actuación es la que mejor puede combatirlo y dará a la persona particular el asesoramiento necesario sobre acciones que ayuden al tratamiento para llegar así, entre las dos partes, al mejor resultado posible.