En un bosque muy lejano, donde los pinos acarician el cielo con sus altas copas, vivía una pequeña oruga llamada Procesa. Procesa era muy especial, porque pertenecía a la familia de las orugas de la Procesionaria del pino, unas orugas muy conocidas en los bosques y parques de Madrid. 

Procesa, como todas las orugas de su especie, tenía un ciclo de vida muy interesante que quería compartir con todos los amigos del bosque. «Nací de un huevito que mi mamá puso en una de las ramas más altas de un pino,» comenzó a contar Procesa, «y cuando crezca, me convertiré en una mariposa muy bonita.» Pero lo que hacía a Procesa y a sus hermanas realmente especiales era la forma en que viajaban juntas. «Cuando nos movemos de un lugar a otro, lo hacemos en fila, una detrás de la otra, como en una pequeña procesión. Por eso nos llaman ‘procesionarias’» explicó con orgullo. 

Sin embargo, Procesa también tenía un mensaje muy importante para los niños del bosque. «Aunque parecemos muy suaves y peluditas, es mejor que no nos toquen,» advirtió. «nuestros pelitos pueden causar picazón y sarpullidos en la piel, y no queremos que ninguno de nuestros amigos se sienta mal.» Procesa y sus hermanas sabían que era importante que todos los habitantes del bosque, especialmente los más pequeños, entendieran por qué debían mantenerse a una distancia segura. «Si nos ven desfilando por el suelo o colgando de los árboles, admírennos desde lejos y cuéntenle a un adulto para que nos mantenga a salvo.» sugirió Procesa. 

La historia de Procesa se extendió por todo el bosque, y los niños aprendieron a observar con asombro las largas filas de orugas procesionarias, siempre recordando mantener la distancia para cuidar de su piel. Y así, Procesa y sus hermanas pudieron continuar su ciclo de vida en armonía con todos los habitantes del bosque, esperando el día en que se transformarían en hermosas mariposas. 

Asimismo, la historia de Procesa no solo enseñó a los niños del bosque sobre el ciclo biológico de una oruga muy especial, sino que también les recordó la importancia de respetar y cuidar a todos los seres vivos, manteniendo siempre la curiosidad y el asombro por la naturaleza que los rodea.